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martes, 20 de octubre de 2015

ESPAÑA SE ABRE CAMINO AL ESPACIO

Tras el incipiente INTASAT, el malogrado proyecto capricornio y el exitoso pero no continuado Minisat-1, se han abierto en España nuevas vías para el desarrollo de tecnología espacial autóctona, esta vez desde el sector privado. No se trata de grandes empresas aeroespaciales. La apuesta espacial española es obra de la iniciativa e ilusión de jóvenes emprendedores.

Fue ya hace justo 40 años cuando con el INTASAT nuestro país despegó hacia el espacio. Se ha recorrido desde entonces un camino plagado de fracasos y de buenos intentos no continuados, que hasta hoy han quedado relegados en el recuerdo. El más ambicioso fue Capricornio, Fue un proyecto español de cohete de combustible sólido, comenzado a diseñar por el INTA en 1992 y cuyo desarrollo fue cancelado en 1996 sin llegar a hacerse ningún vuelo de prueba. El testigo lo recogió de nuevo en 1997 el INTA con el sistema Pegasus, que aunque también procedente de los EEUU fue desarrollado por un ingeniero aeronáutico español, Antonio Elías, afincado en este país. El Pegasus fue el encargado de lanzar el Minisat-1, un pequeño satélite. El lanzamiento del Minisat-01 dentro del pegasus fue un éxito y aún más lo fue su operatividad, dado que el Minisat-01 estaba diseñado para una vida útil de dos años pero estuvo operando y enviando datos científicos durante cinco, en los que completó miles de rotaciones a la Tierra, y se mantuvo en contacto permanente y simultáneo con el centro de control de la misión, situado en el INTA, en la Estación de Seguimiento de Maspalomas y en Torrejón de Ardoz.
Desde entonces, terminó cualquier iniciativa de desarrollar cualquier sistema de lanzamiento. La tecnología espacial española se vuelca hoy hacia la participación en programas internacionales, principalmente con la ESA, el centro de astrobiología o el REMS, en la sonda espacial Curiosity. Sin embargo estas empresas no han desarrollado tecnología propia en estos sistemas en sistemas de lanzamiento de carga de pago.
Pero no todo está perdido. Si las instituciones estatales no apoyan lo suficiente el desarrollo de esta tecnología espacial y las principales compañías del sector no apuestan por un desarrollo tecnológico propio, se implican otras iniciativas dentro del sector privado.  Y no se trata siquiera de grandes empresas de tecnología. Donde los fondos o los grandes recursos no llegan, acude al rescate la ilusión y el esfuerzo emprendedor de pequeñas empresas.
Hablamos de un medio de turismo espacial y lanzadores de carga de pago empleando globos aerostáticos, de sistemas de inserción orbital desde aviones nodriza y de los primeros cohetes de combustible líquido desarrollados íntegramente en España.
La primera, Zero2infinity, es una empresa fundada por José Mariano López-Urdiales, y que cuenta desde abril de este año (2015) con Michael López-Alegría como asesor senior. Especializada desde 2.009 en elevar carga de pago empleando globos de gran altitud, Zero2infinity abre nuevos objetivos, como es el permitir un acceso espacio más asequible. Sus proyectos son microbloon y bloostar. Microbloon es un vehículo capaz de transportar a 4 pasajeros y 2 pilotos hasta una altura de 36 Km, en una duración de vuelo de 2 horas En este tiempo, se pueden llevar a cabo misiones de experimentación científica, así como simplemente disfrutar de las vistas desde esta altitud. Es un medio asequible de acceso al espacio tanto para científicos como para todo aquel que lo desee, una alternativa al turismo espacial más modesta que la de Virgin,  pero, por la misma razón, más alcanzable. En 2012 se realizaron con éxito pruebas desde el aeropuerto de León del microbloon 2.0,  una versión a escala del vehículo. El microbloon 3.0 se ensayó en septiembre de 2013 desde el Aeropuerto de Córdoba, alcanzando una altura de 27 kilómetros.

sistema bloostar Imagen: Zero2inifinity)
Zero2Infinity anunció el 15 de octubre de 2.014 que está trabajando en el sistema de lanzador de nanosatélites Bloostar. Bloostar se basa en el concepto rockoon, ya utilizado en la década de 1.950 por James Van Allen, que emplea globos junto con cohetes. El sistema se eleva, merced al globo, hasta alcanzar una altitud de 30 kilómetros, el 99 por ciento de la atmosfera, momento en el cual se enciende el cohete que tras separarse del globo es la encargada de insertar la carga de pago en órbita. El vehículo se compone de un conjunto de motores de combustible líquido reutilizables y agrupados como toroides concéntricos fijados a la carga de pago central. Cada toroide funciona como una etapa del cohete. Durante la ascensión del cohete, cada etapa se separa del vehículo de forma progresiva, siendo recuperadas cada una de ellas en tierra. Este concepto conlleva varias ventajas: por un lado no es necesario un cohete de gran tamaño, pues éste solamente funciona desde una gran altitud, a menor gravedad y desde zonas de atmosfera menos densa, con menor resistencia del aire. No obstante, a pesar de muy sencillo y de bajo coste, tiene una importante desventaja: Es más vulnerable a las inclemencias del tiempo que otros lanzadores: La falta de control del globo, merced a las corrientes del aire, lo cual dificulta la dirección hacia donde se moverá el cohete así como ajustar la zona de caída del cohete. Zero2Infinity ya efectuó en septiembre de 2.014 ensayos en una versión de prueba del motor con resultados satisfactorios. Se espera que el primer lanzamiento del sistema se lleve a cabo en 2.017.

Celestia Aerospace, una empresa española, ha planteado el medio de lanzamiento de bajo coste repitiendo la exitosa experiencia del lanzamiento del Pegasus-Minisat-1 en 1.997, aunque de forma más modesta: Para ello utilizarán un caza Mig-29UB desmilitarizado al que han bautizado Archer 1. . que desde de 20 kilómetros de altitud lanzará los nanosatélites usando un Space Arrow, un misil al que han sustituido la cabeza bélica por carga de pago, para ubicarlos en órbitas de entre 400 y 600 kilómetros de altitud, por encima de la altitud de la órbita de la Estación Espacial Internacional.  El objetivo de Celestia es comenzar sus actividades de lanzamiento en el próximo año (2016).

Ambas soluciones apuestan por cohetes sencillos, lanzados desde gran altitud para emplear motores más modestos. Pero sin duda la iniciativa espacial privada española que ha tenido más reflejo en los medios ha sido PLD space, que propone desarrollar lanzadores por etapas, empleando motores de combustible líquido, los primeros que se desarrollan integramente en España.

PLD es una startup apoyada desde el entorno universitario, creada en 2011 por Raúl Torres y Raúl Verdú, dos ingenieros apasionados por los cohetes. Su punto de partida fue un concurso de emprendedores en el que ambos obtuvieron el segundo premio con el Raptor, un cohete de combustible sólido capaz de alcanzar un kilómetro de altitud y que ha sido lanzado dos veces desde el desierto de Almería. El éxito del Raptor les animó a dar un paso más ambicioso: el proyecto Arion, un lanzador de dos fases con una masa al lanzamiento de 2,4 toneladas y capaz de lanzar hasta 250 kg de carga útil en una trayectoria suborbital que proporcionará hasta siete minutos de microgravedad. La iniciativa propuesta por la PLD space se centra en un medio de lanzamiento “clásico” de acuerdo a lo que estamos acostumbrados a ver, es decir, un lanzador desde “cota cero”, un cohete por etapas que despega en tierra hacia el espacio, y por la tecnología más óptima, aunque no la más sencilla: empleando motores criogénicos, es decir, cohetes de combustible líquido (recordemos que para los motores cohete hay dos tipos bien diferenciados: los que emplean combustible sólido y los que emplean combustible líquido. En el primer caso, se trata de motores más sencillos, y el combustible puede almacenarse durante mucho tiempo. Es el sistema empleado por la mayoría de los misiles, adoptado por nuestro malogrado capricornio y el también fracasado Ares-1X. Sin embargo, una vez encendido el motor no se puede detener la ignición. Un control que si puede llevarse a cabo empleando motores de combustible líquido).

PLD trabaja actualmente en el Arion-1, un lanzador de dos fases con una masa al lanzamiento de 2,4 toneladas y capaz de lanzar hasta 250 kg de carga útil en una trayectoria suborbital que proporcionará hasta siete minutos de microgravedad. La primera etapa del Arion-1 usará un motor de ciclo abierto con un empuje de 70 kN denominado PLDK70-A, mientras que la segunda etapa empleará el motor PLDK20-B de 25 kN de empuje alimentado por presión. Recordemos que los motores de ciclo abierto el emplean parte del combustible en mover una turbina que mueve las bombas que alimentan la cámara de combustión del cohete. En los motores de presión, el combustible y el comburente entran a alta presión en la cámara de combustión. Si se trata de propergoles hipergólicos, el simple contacto de ambos provoca la ignición.



El segundo proyecto de PLD es el Arion-2, un lanzador espacial de tres etapas capaz de situar 100 kg de carga en una órbita baja de 250 kilómetros de altura con una masa al lanzamiento de 7400 kg.  El Arion-2 usaría en su primera etapa un motor de 200 kN de empuje formado por la unión de cuatro cámaras de combustión similares a las del motor PLDK70-A de la primera fase del Arion-1.


El valor añadido propuesto por PLD no es solo lograr el primer motor criogénico desarrollado en España, sino que estos lanzadores sean reutilizables: “En Europa hay empresas que están desarrollando capacidad de acceso al espacio solo que emplean cohetes derivados de misiles, a los que se les quita la cabeza de guerra”, afirma Raúl Torres[4]. “la diferencia de PLD es que la tecnología que estamos desarrollando es reutilizable: “Somos pioneros en España y también en Europa en cuanto al desarrollo de cohetes que puedan poner pequeños satélites en órbita que sean reutilizables, con lo que se reduce de forma sustancial el coste del acceso al espacio”. Su objetivo técnico es, que los motores cohete puedan llegar a cumplir los mismos ciclos de funcionamiento de los motores de aviación comercial, donde el motor no es desechado después de cada vuelo[5].

Si todo marcha según lo previsto, el Arion-1 despegará, seguramente desde la base del aerosillo en Huelva, hacia 2.017. Tanto para PLD como Zero2 Infinity,  así como Celestia en 2.016,  será un año en que se vean reflejados su ilusión y esfuerzo.  Los fundadores de PLD, Tal y como dicen en tu twitter, “quieren hacer historia”. El CEO de Zero2inifnity persigue “un acceso más asequible al espacio”. Confiamos en que, muy pronto, cuando hablemos de astronáutica y España, A los nombres de López-Alegría y Pedro Duque se unan los de López-Urdiales, Raúl Torres y Raúl Verdú, entre otros muchos que se esfuerzan por este logro. Todo depende de su éxito, que desde aquí deseamos a estos soñadores y héroes espaciales españoles.


Referencias:
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2 comentarios:

  1. Interesante artículo: completo y bien documentado, como viene siendo ya habitual. Y está bien que alguien se preocupe de dar publicidad a la actividad de la gente que, en España y con casi todo en contra, lleva a cabo proyectos innovadores. Felicidades Alfonso.

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  2. Gracias. La verdad es que el mercado espacial se está moviendo mucho, no sólo en España, y con ideas muy interesantes. En nuestro pais, dado nuestro tradicional entorno hostil ante la innovación, esto para mi se me antoja un acto de heroismo.

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