Es evidente que todo apasionado por la ciencia desee ir más allá de desempeñar el papel de espectador o lector de divulgación. Y es así. La gente con el deseo de conocer, de descubrir, lleva a cabo actividades para ello. Muchos aficionados a la ornitología dedican su tiempo libre en observar aves, fotografiarlas o incluso anotar información en cuadernos de campo. La astronomía aficionada es una actividad muy difundida y lúdica, que llevan a cabo desde jóvenes a jubilados, que resisten frías noches a la intemperie para observar el cielo o tomar fotografías de los cuerpos celestes.
Más que una mera actividad lúdica, observar, anotar y registrar forma parte de un proceso que llevan a cabo los científicos profesionales. La toma de datos es una de las bases del método científico. La cuestión es: ¿puede un ciudadano de a pie trabajar entonces en un proyecto de investigación científica? La respuesta es afirmativa.
Se trata de que los aficionados a la ciencia lleven a cabo
estas actividades de observación y de toma de datos con un fin concreto, ´más
allá del mero “placer de descubrir”, sino colaborando con científicos
profesionales. Los participantes aportan datos experimentales y sus medios para
la investigación, que abarcan desde sus ordenadores personales o teléfonos
inteligentes a telescopios, cámaras fotográficas o sistemas de grabación.
Esta iniciativa de unir aficionados a la ciencia junto con
profesionales se ha venido en llamar “ciencia ciudadana”. La iniciativa de
Ciencia Ciudadana persigue aglutinar todo ese esfuerzo de muchas personas hacia
un objetivo concreto. Los participantes en los proyectos de ciencia ciudadana
proveen datos experimentales o equipos a los investigadores, que necesitan de
esa información en el desarrollo de sus trabajos.La idea, en realidad, no es nueva. Los primeros naturalistas, ya contaban con una red de ciudadanos que colaboraban en sus investigaciones, explorando el terreno, observando las especies del entorno. Igualmente, el proyecto SETI contuvo una de las propuestas de ciencia ciudadana, en la asignación de una región concreta del espacio para la búsqueda de vida inteligente en el universo, empleando su ordenador personal. De igual modo, otro ejemplo del valor de la aportación ciudadana de a la ciencia es la contribución de los astrónomos aficionados. Cometas célebres como el Hale-Boop, Hyakutake, Shoemaker-Levy 9 y varios asteroides fueron descubiertos por astrónomos aficionados.
Ventajas de la
ciencia ciudadana
La principal ventaja de esta iniciativa se deriva de que
permite a los científicos obtener un importante volumen de datos, así como
tener la garantía de tener una homogeneidad de criterios para su recolección y
análisis: Tareas como clasificar galaxias, avistar medusas, localizar los
lugares de cría del mosquito tigre, estudiar las abejas, son algunos de los
miles de proyectos científicos en marcha, únicamente posibles gracias a la
participación altruista de los ciudadanos. Según afirma SEO/BirdLife, la
impagable labor de colaboradores y voluntarios permite llevar a cabo estudios
exhaustivos y muchas veces inéditos sobre la fauna española. Más allá de una mera recolección de datos experimentales y medios para la investigación, la ciencia ciudadana persigue involucrar al público general en actividades científicas y fomentar la cultura científica:Los colaboradores, a la vez que aportan valor a la investigación, a través de la contribución activa de los ciudadanos a la investigación a través de su esfuerzo intelectual, su conocimiento general, o sus herramientas y recursos, amplían conocimientos junto con una mejor comprensión del esfuerzo científico. Esto implica una mejora en las relaciones entre la ciencia y la sociedad que son tan necesarias hoy en día.
Campos de actuación
de la ciencia ciudadana.
La ciencia ciudadana es muy activa en campos tales como la
salud, la genética o la informática, pero es en las ciencias naturales donde
encuentra un desarrollo más importante. En el caso de la ornitología, como se
ha adelantado, decenas de miles de colaboradores llevan décadas trabajando para
aumentar el conocimiento sobre las aves de forma voluntaria y desinteresada.
Recientes noticias informan del descubrimiento de nuevos planetas gracias a la
aportación de voluntarios.
Iniciativas en
relación a la ciencia ciudadana
La ciencia ciudadana es un concepto que ha cobrado
importancia, existiendo varias asociaciones, encuentros y el apoyo de los
científicos. Lejos de los escepticismos que pudieran suscitar entre los ellos,
esta iniciativa goza de su interés. Tenemos casos como el MIT, con el proyecto
PlanetHunters, el Cornell Lab of Ornithology o el CSIC, que ha contribuido a la
redacción del “libro verde de la ciencia ciudadana” publicación que pretende promover la interacción entre los financiadores y los
actores de la ciencia ciudadana, y como parte del proyecto de la Unión
Europea Socientize.
Hoy en día, y contando con el apoyo de los científicos y de
instituciones como el CSIC, el MIT o la unión europea. Esta última promueve el
proyecto SOCIENTIZE. Este proyecto persigue coordinar los agentes implicados en
el proceso de la ciencia ciudadana, sentando las bases para este nuevo
paradigma de la ciencia abierta. El proyecto promoverá el uso de las
infraestructuras científicas compuestas de recursos dedicados y externos,
incluyendo científicos profesionales y aficionados. SOCIENTIZE pondrá en marcha
una red en la que los proveedores de infraestructuras y los investigadores
reclutarán voluntarios de un público general para llevar a cabo la ciencia en
el país.
Otra iniciativa interesante es la plataforma de
Crowdcrafting. Se trata de una plataforma abierta para proyectos de ciencia
ciudadana, es decir, en sus proyectos trabajan no solo investigadores, sino
también gente común que se une a ellos de forma voluntaria. Todos los proyectos
científicos de Crowdcrafting tienen datos abiertos susceptibles de ser
consultados por cualquiera. Eso ya es de por sí un gran paso para sacar la
ciencia de los laboratorios y acercarla a los«profanos», aunque solo fuera por
curiosidad o entretenimiento. Pero la propuesta no termina ahí: además, estos
pueden participar realizando una tarea descrita por los investigadores que
lideran el proyecto. Estas tareas son muy sencillas y están explicadas a la
perfección mediante tutoriales para que sea posible formar parte sin
conocimientos previos.
Conclusiones
La ciencia ciudadana es un concepto que en los últimos
tiempos está haciendo eco, no solamente en los medios de comunicación, sino
también en las instituciones. Para los científicos, esta iniciativa supone una
importante ayuda en su trabajo, es un interesante ejemplo acerca de cómo una
pequeña aportación de muchos puede ayudar al avance del saber. Para los
ciudadanos, posee la capacidad de engrandecer a quienes participan en ella,
estimulando el trabajo colaborativo y ampliando el interés del gran público
por la ciencia. Se trata de una de las diversas actividades (la más contributiva) de fomento de la cultura
científica entre el gran público. Es un estímulo enorme y significa un mayor
acercamiento en la comprensión de la ciencia. Como ya indicó Paul Feyerabend,
aplicando esta manera de hacer ciencia y apostando por ella, contribuimos a
democratizarla.
Referencias
Página web de la iniciativa de crowdcrafting
(http://www.crowdcrafting.org)
Los astrónomos profesionales tienen mucho respeto por las
aportaciones de los aficionados" ALICIA RIVERA El Pais. Madrid 9 de
noviembre de 2009
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2009/11/06/actualidad/1257462013_850215.html
Libro verde de la ciencia ciudadana CSIC
http://www.csic.es/web/guest/libro-verde-de-la-ciencia-ciudadana
http://www.ibercivis.es/
Josep Perelló. Ciencia ciudadana o ciencia de guerrilla
Diario El mundo. 11/11/2014 (http://www.elmundo.es/economia/2014/11/11/5461e512268e3ef96c8b4572.html)
La iniciativa denominada Ciencia Ciudadana me parece espectacular. No solamente tiene importancia científica en sí misma, sino que los aspectos sociológicos y humanísticos muestran una calidad humana diferente en los hombres y mujeres integrados a la experiencia. Extraordinario el artículo de Alfonso Martín Erro.
ResponderEliminarSi, efectivamente. Se trata de algo que convierte al cualquier persona de simple espectador a protagonista de esta gran aventura que es la ciencia. Gracias Ricardo por tu comentario. Un saludo
EliminarBuen artículo Alfonso. Por mi parte puedo dar fe de que la aportación de los aficionados puede ser muy valiosa. En los tiempos en que yo era miembro de la Agrupación Astronómica de Madrid, un compañero descubrió una supernova. son campos como este, en los que la observación por profesionales es difícil –los grandes telescopios etá reservados anticipadamente para observaciones concretas y no se destinan a rastrear el cielo sistemáticamente– donde los aficionados pueden hacer aportaciones de interés: la detección de supernovas, cometas y asteroides, en el caso de la astronomía, la recogida de datos en estaciones meterológicas, la observación y control de aves... Puede que sean modestas, pero aportan más de lo que uno podría imaginar.
ResponderEliminarGracias, Carlos. Me alegro que te haya gustado. La ciencia ciudadana es un buen ejemplo de que todos podemos participar activamente en lo que nos apasiona. Un saludo
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