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lunes, 13 de agosto de 2012

¿MERECE LA PENA?

Siguiendo en la línea acerca de la misión curiosity, la cual no solo obligó a madrugar a los más interesados en ésta sino que logró despertar el interés por la investigación planetaria. El proyecto científico más ambicioso de la NASA en mucho tiempo, que ha supuesto miles de millones y ocho años de trabajo de un numeroso equipo de hombres y mujeres.

Y a colación  del interés resurgido en la investigación espacial, se han alzado, como en otras ocasiones muchas voces a favor, y otras no tanto. Una de estas últimas, la de un gran científico,  me gustaría compartirla con vosotros: 


Quizá no lo falte razón, siendo científicamente ecuánimes. Sin embargo, el propósito de la Curiosity,  al igual que sus compañeras anteriores, trasciende de un afán catalogador. No conocemos del todo nuestro planeta, y muy poco el fondo marino.  Pero más allá de cuantificar, a veces lo que se pretende es responder preguntas. Sabemos que hay vida en la Tierra, en la superficie y también en el mar, a pesar de nuestros esfuerzos por acabar con ella. Pero no tenemos certeza de que exista vida más allá de nuestro maltrecho planeta. Se trata de responder preguntas que los humanos nos hicimos desde la Antigua Grecia. Estas cuestiones que fuerzan a emprender grandes proyectos y muy costosos, que no siempre cosechan sus frutos pero no nos empujan al desanimo sino a buscar de otro modo. Al fin y al cabo, en esto consiste la ciencia.
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8 comentarios:

  1. Que un científico se cuestione la pertinencia de la investigación, en principio debería chirriarme, pero ya lo ves, ¡no es así!

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  2. La cuestión es delicada. Ni le falta razón aunque tampoco es defendible del todo. Por eso me pareció interesante la entrada de su blog. No es la primera vez que me topo con este mismo dilema, y frente al enorme gasto de la investigación espacial solo acaba saliendo en su defensa más que la ciencia, la metafisica.

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  3. Sinceramente, este tipo de razonamientos no los entiendo. ¿Cuál es el argumento? ¿Que no podemos destinar dinero a la investigación del espacio, porque no conocemos aún nuestro propio planeta a fondo? ¿Por qué dedicar entonces dinero a la investigación del fondo marino, cuando no conocemos aún nuestro propio cerebro? ¿Por qué invertir en el conocimiento del cerebro, si aún no sabemos mantenerlo vivo frente a las enfermedades? ¿Acaso no hay que investigar la física de partículas, porque no hemos hallado la cura del cáncer? Yo no no veo la paradoja. Hay que explorar el espacio como los mares, porque somos humanos y sentimos curiosidad y necesidad de respuestas. Y sí, creo que algún día tendremos que salir y colonizar otros mundos. Completamente de acuerdo en que hay que modificar el modo en que se explotan los recursos: este planeta no es nuestro, lo tenemos sólo en usufructo, se lo debemos a las futuras generaciones (demasiado tarde, me temo) y lo compartimos con otras especies, que tienen el mismo derecho que nosotros a él. Sentada esta declaración de principios, por muy respetuosos que fuéramos, el planeta no puede sustentar una población indefinidamente grande. Antes o después, habrá que emigrar o las cosas se van a poner condenadamente difíciles. Y, desde luego, no comparto su encendido elogio a la "exploración española". España no ha contribuido a la ciencia. No va con nuestra cultura ni con nuestra idiosincrasia. ¿Dónde están las teorías y los teoremas con nombres españoles? Cuando vean un apellido español, descubrirán que el descubridor era mejicano. El presupuesto destinado a la investigación en este país, sea público o privado, es puramente testimonial, con las oportunas excepciones que, en ocasiones, son fruto de la presión internacional. El caso de Malaspina (quien, por cierto, era italiano), es una de esas brillantes excepciones. España no, algunos españoles han hecho cosas, que es completamente diferente. Pero bueno, esta, como la suya, es mi opinión.

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  4. Como posdata a lo anterior, sin ánimo de menospreciar a los navegantes españoles que descubrieron algunas tierras antes que Cook, sin que la fama les haya concedido el crédito que merecían. En fin, una pena.

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  5. Lo que se deduce es que los propios cientificos no aprecian la ciencia como algo global, sino alrededor de su disciplina concreta. El que sabe de fisica solo le parece bien la física, y el que conoce el fondo marino solo quiere saber cosas de biología. Demasiada especialización quizás y hasta cierto desentendimiento. Una vez escuché a varios químicos hablar un poco mal de los físicos, argumentando además que éstos son quienes más desprecian al resto. Al final, creo que la necesidad de divulgar la ciencia no solo es para los "profanos", sino que también debe ir dirigida a los expertos, en áreas que no son de su especialidad. Y además, hay algo que los comunicadores de la ciencia nos dememos marcar como objetivo: Que en España, aunque poca, si se hace ciencia y de calidad. Los científicos españoles, además, tienen bastante prestigio a nivel mundial: se sabe que son muy trabajadores y brillantes. En tiempos de Felipe Gonzalez como presidente del gobierno hubo un esfuerzo por empujar la investigación en España, y aunque poco, algo hay. La cultura científica en España debe difundirse mucho más, para desterrar esa rémora de "que inventen ellos" que llevamos arratrando. Los hermanos Elhúyar, Servet, Torres Quevedo y muchos otros que me dejo nos lo agradecerían.

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  6. Y en respuesta, también debemos recordar a Bernaldo de Quirós, Alvarez de Mendaña y a los que Bautizaron a esa isla grande de la Commonwealth en honor a sus reyes: Australia.

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  7. Sí, todos esos nombres, que no han recibido el reconocimiento que merecían, son ejemplos de los científicos españoles. Yo no menosprecio a nuestros verdaderos científicos (por ahí hay muchos que se los han montado en la ciencia, pero no son verdaderos científicos). Pero hay un caso paradigmático: el de Ramón y Cajal. Sus descubrimientos fueron extraordianrios, ero se tuvo que pagar el laboratorio de su bolsillo, si no estoy equivocado. Así es la ciencia en España: contra las instituciones y en medio de la indiferencia, la dejadez y la incomprensión. Hay que ser maño de pura cepa para superar todo eso. No tenemos curiosidad ni interés y, la gente ni lo comprende ni lo quiere saber, pero esa es la base de todo lo que nos ha sucedido. Por eso estamos como estamos, y por eso países como Alemania están como están. Porque, al final, hay que apelar al bolsillo, que es lo único que nos mueve, por lo que se ve. Y ya no digo más, aunque aquí todo el mundo sabe ya que yo soy un gilipopllas y estoy loco; y no forzosamente por ese orden. Así que, dejemos que los que nos han gobernado durante 500 años sigan manejando el timón: ¿por qué romper una racha ininterrumpida de aciertos? A lo mejor podemos regresar a la especulación inmobiliaria y a devastar el poco litoral que nos queda, y así volverá la fiesta.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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